La planta de tratamiento de agua Alejo Zuloaga, en Carabobo, tiene cinco años abandonada y funciona a 25% de su capacidad con instrumentos rudimentarios y un personal obrero que no dispone de dispositivos de seguridad ni guantes para protegerse, aseguró Carlos Lozano, diputado a la Asamblea Nacional por el estado Carabobo y miembro de la Comisión de Ambiente del Parlamento.
A pesar de que el Estado es responsable de garantizar la calidad del agua, no hay estudios recientes sobre su calidad. Solo la Corporación Andina de Fomento elabora un proyecto de rehabilitación de acueductos y plantas de tratamiento, sin resultados hasta ahora, dijo el parlamentario.
En 2010, Manuel Pérez, ingeniero de la Universidad de Carabobo, pagó 90 millones de bolívares de sus propios recursos para costear la investigación que determinó la existencia de metales pesados y cianobacterias que evidenciaban que el agua que sale de la Planta Alejo Zuloaga no es apta para consumo humano, pues las plantas de tratamiento ni de potabilización estaban funcionando. En ese entonces, Pérez se abstuvo de ampliar detalles sobre este estudio, debido a que fue conminado por el gobierno a no hacerlo.
El diputado Lozano aseguró que la AN está revisando la ley orgánica de agua para su reforma. “Debe ser responsabilidad del Ejecutivo garantizar la calidad del agua a todos los habitantes de Carabobo por ser un derecho fundamental del cual son privados por la contaminación”, dijo.
Lozano señaló que el deterioro del agua en los municipios Valencia, Naguanagua, San Diego, Los Guayos y Libertador es progresivo. “Antes de 1998, allí dejaron de funcionar las plantas de tratamiento y las potabilizadoras; hubo un proceso de alejamiento, descuido y negligencia, estaban abandonadas porque estas plantas jamás fueron obras vitrina del gobierno, estaban ocultas y muy retiradas”.
El representante de la Comisión de Ambiente agregó que la red de cloacas de Carabobo está colapsada y quebrada. “Es responsabilidad de Hidrocentro la distribución y potabilización del agua, y en ese proceso también están fallando”, aseveró.
“Cuando se jala la cadena de la poceta eso que baja debería ir a un sistema de red de cloacas, pero está fracturado. Esas aguas putrefactas buscan correr su camino hacia las cuencas, ríos y lagos. En la vía hacia el lago de Valencia deberían detenerse las aguas residuales en las plantas de tratamiento, pero no está funcionando”, indicó Lozano.
El legislador se preguntó: “¿Qué pasa con esos 118.000 litros de agua putrefacta que caen al lago de Valencia? A través de un trasvase se está llevando esa agua del lago de Valencia a Pao Cachinche, una cuenca que se hizo para abastecer a Carabobo y esa cuenca está ‘muy dañada, comprometida ecológicamente, es una gigantesca cloaca. El agua en Carabobo hiede a putrefacto”.