Los pacientes del Hospital Universitario de Caracas denunciaron que están recibiendo como alimento compotas vencidas en sus horas de comida. La ingesta del producto afectó al menos a ochos niños del Servicio de Pediatría del centro de salud, que presentaron dolencias estomacales.

Pablo Hernández, nutricionista e investigador del Observatorio Venezolano de Salud del Centro de Estudios del Desarrollo de la UCV (Cendes – UCV), advierte que el consumo de estos productos, sin el previo control por parte de los servicios de nutrición de los hospitales, puede causar intoxicaciones, alegrías, dolores abdominales y estimular las evacuaciones líquidas. “Actualmente se reciben productos importados de donaciones que no son revisados ni cuentan con el aval del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel. Es aconsejable que cada producto que se incluya en la dieta sea evaluado por el personal de nutrición de los hospitales”, señaló el especialista.
Sin proteína animal
Los tres platos diarios que reciben los pacientes son comidas monótonas y carecen de proteína animal. De la comida, que incluso consumen aquellas personas hospitalizadas que deben contar con dietas especiales, están ausentes la carne y el pollo desde hace 15 días. Para la preparación de alimentos Tampoco hay legumbres ni hortalizas.
Lo único que sirven a los pacientes durante el día son bollitos, pastas, arroz y granos (caraotas y lentejas). El personal de cocina ha informado sobre la situación a la directora del centro asistencial, Antonieta Caporale, quien les notificó que el Ministerio de Salud no ha enviado los recursos para pagar deudas contraídas con los proveedores de Mercal y Pdval, que le suministran alimentos al hospital.

Los pacientes reciben como desayuno bollitos con caraotas| Foto: Cortesía
Las fuentes del centro de salud indicaron que estas dietas, basadas en granos principalmente, han sido dadas a los pacientes en otras oportunidades. Coinciden en que los productos cárnicos, por ejemplo, son enviados tarde a la institución. “En teoría, Mercal debe traer cada ocho días las carnes y no lo hace. El pollo ha estado ausente desde hace meses en las comidas de los pacientes”, indicó otro de los trabajadores del Clínico, quien agregó que en la cocina han presentado fallas las cavas refrigerantes para conservar los alimentos. “Muchas veces las carnes se nos han descompuesto porque no sirven las neveras”, admitió.
Hernández advierte que el no ofrecer alimentos como carnes y pollos conlleva a una desnutrición del paciente, quien no obtiene las calorías proteicas que requiere su organismo. “Una persona hospitalizada, que esté recién operada de una lesión o fractura considerable por algún accidente, debe consumir muchas proteínas para recuperarse. Al no contar con estas proteínas lo que vamos a ver es a más personas descompasadas, porque su sistema inmunológico se debilita y las hace más propensas a contraer infecciones nosocomiales que son frecuentes en los hospitales. Eso, al final, repercute también en el incremento de los tiempos de estadía hospitalaria y al aumento de gasto público por parte del Estado”, sostuvo el investigador del OVS.
Las denuncias sobre la precariedad de los servicios nutricionales en los hospitales se han ido agravando en los últimos tres años. En 2017, la Encuesta Nacional de Hospitales, elaborada por la organización Médicos por la Salud, señaló que 64% de los servicios de los principales centros hospitalarios del país estaban inoperantes, mientras que 21% estaban funcionales pero con fallas.