Con cierto desapego, Albert Boadella comenta al otro lado del teléfono que lleva un año sufriendo actos de acoso en su pueblo, Jafre, en el Bajo Ampurdán, y que «había llegado el momento de dar la cara». Frente a su casa hay un jardín de su propiedad en el que había plantado árboles y otras plantas. «El año pasado destrozaron los higos chumbos y me pusieron las típicas notas de “facha” después de unas declaraciones que en su día hice sobre la situación en Cataluña». Solo fue el principio del acoso.
Después, comenta, vinieron las bolsas de basura arrojadas por encima de la tapia y ahora la tala de tres cipreses, algo que ha motivado que el dramaturgo diga basta, denuncie los hechos y haya puesto en las redes su foto frente al cartel: «Aquí crecían tres cipreses, unos cobardes los talaron una noche, quieren imponer el pensamiento único en Cataluña».
Con cierto desapego, Albert Boadella comenta al otro lado del teléfono que lleva un año sufriendo actos de acoso en su pueblo, Jafre, en el Bajo Ampurdán, y que «había llegado el momento de dar la cara». Frente a su casa hay un jardín de su propiedad en el que había plantado árboles y otras plantas. «El año pasado destrozaron los higos chumbos y me pusieron las típicas notas de “facha” después de unas declaraciones que en su día hice sobre la situación en Cataluña». Solo fue el principio del acoso.
Después, comenta, vinieron las bolsas de basura arrojadas por encima de la tapia y ahora la tala de tres cipreses, algo que ha motivado que el dramaturgo diga basta, denuncie los hechos y haya puesto en las redes su foto frente al cartel: «Aquí crecían tres cipreses, unos cobardes los talaron una noche, quieren imponer el pensamiento único en Cataluña».Con cierto desapego, Albert Boadella comenta al otro lado del teléfono que lleva un año sufriendo actos de acoso en su pueblo, Jafre, en el Bajo Ampurdán, y que «había llegado el momento de dar la cara». Frente a su casa hay un jardín de su propiedad en el que había plantado árboles y otras plantas. «El año pasado destrozaron los higos chumbos y me pusieron las típicas notas de “facha” después de unas declaraciones que en su día hice sobre la situación en Cataluña». Solo fue el principio del acoso.
Después, comenta, vinieron las bolsas de basura arrojadas por encima de la tapia y ahora la tala de tres cipreses, algo que ha motivado que el dramaturgo diga basta, denuncie los hechos y haya puesto en las redes su foto frente al cartel: «Aquí crecían tres cipreses, unos cobardes los talaron una noche, quieren imponer el pensamiento único en Cataluña».Con cierto desapego, Albert Boadella comenta al otro lado del teléfono que lleva un año sufriendo actos de acoso en su pueblo, Jafre, en el Bajo Ampurdán, y que «había llegado el momento de dar la cara». Frente a su casa hay un jardín de su propiedad en el que había plantado árboles y otras plantas. «El año pasado destrozaron los higos chumbos y me pusieron las típicas notas de “facha” después de unas declaraciones que en su día hice sobre la situación en Cataluña». Solo fue el principio del acoso.
Después, comenta, vinieron las bolsas de basura arrojadas por encima de la tapia y ahora la tala de tres cipreses, algo que ha motivado que el dramaturgo diga basta, denuncie los hechos y haya puesto en las redes su foto frente al cartel: «Aquí crecían tres cipreses, unos cobardes los talaron una noche, quieren imponer el pensamiento único en Cataluña».