“Reparar es mejor que reciclar. Reparar salva el planeta, ahorra dinero y enseña tecnología. La mejor manera de entender cómo funciona algo es desarmándolo; la mejor manera de ser eficiente es reutilizar lo que ya tenemos”.
Así explica Fixit -una popular web para la reparación de dispositivos- en su manifiesto a favor de la autorreparación por qué cree que siempre es mejor reemplazar que descartar.
“Si no puedes repararlo, no es tuyo“, resume Fixit.
Pero en el mundo de la tecnología, descartar suele ser más habitual que arreglar.
Si se nos estropea una pequeña pieza del teléfono inteligente y nos dicen en la tienda que el precio de reparación es alto, decidimos cambiarlo cuanto antes.
Ya es “viejo”. Sale más a cuenta comprar uno nuevo.
Pero, a menudo, ignoramos que, con un poco de ingenio y creatividad, podemos prolongar la vida de nuestro viejo teléfono inteligente sin tener que invertir demasiado tiempo, esfuerzo o dinero en ello.
A continuación te proponemos unos sencillos trucos que tal vez te hagan pensártelo dos veces antes de botar a la basura un celular que podría vivir mucho tiempo más.
Evitar que tu teléfono se arañe es importante para mantenerlo en buen estado.
Pero los objetos metálicos como las monedas o las llaves que llevamos en el bolso suelen dañar la pantalla y la carcasa del teléfono.
Usar un protector de pantalla es importante para evitar que ésta quede rallada. Si lo prefieres, puedes fabricarlo tú mismo con cinta adhesiva transparente, aunque su precio es bastante asequible.
También puedes arreglar un celular con ralladuras cepillando la carcasa conpapel de lija muy fino.
Y, por supuesto, utilizar una carcasa o una funda (o ambas) para reducir los riesgos al mínimo.
Cuando la batería de tu teléfono no funciona bien, lo mejor es que la cambies.
Conseguir un reemplazo es sencillo en una tienda de telefonía o por internet.
Pero si quieres que te dure más, lo mejor es que no abuses de ella.
Por ejemplo, puedes apagar las aplicaciones que no estés usando, como el wifi o el Bluetooth y ajustar el brillo de la pantalla.
Es uno de los accidentes más habituales: un simple golpe o una caída puede dejar la pantalla de tu celular hecha añicos o dibujar una incómoda brecha en el medio que dificulta su uso.
A veces, los fabricantes pueden cobrar en exceso por ello.
Pero si quieres hacerlo tú mismo, no es tan difícil. Y te saldrá más barato.
Los manuales digitales y los tutoriales son muy útiles para ello. Necesitarás tener algo de paciencia para desmontar las piezas pero, si lo prefieres, también puedes llamar al servicio técnico de tu compañía.
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