La reciente muerte del capitán de la Armada venezolana Rafael Acosta Arévalo y el informe presentado por las Naciones Unidas sobre la represión de Nicolás Maduro contra la oposición han instalado una certeza dentro y fuera de Venezuela: la revolución bolivariana tortura y asesina en las mazmorras de su servicios de inteligencia. La misma certeza fue la que llevó al comandante del Ejército, José Gregorio Basante, hasta mayo al frente de la base militar de Escamoto, en el estado Bolívar, en la frontera con Brasil, a tomar la decisión de huir.

Dos meses después, Basante se encuentra con su esposa y dos niños pequeños en Brasilia, donde será el primer agregado militar en Brasil del líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 gobiernos, incluido el brasileño. En entrevista exclusiva con Globo confirmó el papel de la Inteligencia venezolana armada en Brasil, habló sobre la corrupción en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, las técnicas de tortura y el malestar en las bases militares, así como de las dificultades para organizar una rebelión contra Nicolás Maduro. 

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