El resultado: un video llamado “Las morras (chicas) enfrentan a sus acosadores” con más 700.000 visualizaciones en una semana y una nueva instancia en la que se vuelve a debatir sobre el hostigamiento a las mujeres en las calles.
Con una cámara GoPro escondida en una mochila dos de ellas filmaron a las otras dos caminando por la capital mientras reciben silbidos, gritos y comentarios como “¡Qué chulas tangas!”, “carajos, carajos, qué rico es lo rico”, “son lesbianas” y “qué bonita tanga”.
Incluso un hombre se masturba disimuladamente frente a ellas.
Con frases como “¿me hablabas? Si no tienes nada que decirme, no me hables” o “si no nos conoce, no nos hable”, las chicas confrontan a los hombres, que reaccionan con sorpresa y a veces se disculpan, ríen o intentan restarle importancia a los comentarios.
“Estamos educadas a ignorarlos desde niñas y eso es una sumisión. Fue una experiencia muy catártica, fue un ejercicio para nosotras”, le dice una de ellas a BBC Mundo.
“El acoso empieza ya desde nuestras cabezas”, señala al explicar cómo incluso antes de salir de la casa está pensando en qué le podrían decir si se viste de tal o cual forma.
“Te sientes vigilada, te sientes agredida y te sientes minimizada porque el acosador sabe que puede hacerlo porque no hay nadie que vaya a reprenderlo por hacerlo”, agrega.
Las amigas de entre 18 y 28 años, que se hacen llamar Morras en sus cuentas de redes sociales, piden no divulgar sus nombres luego de los insultos y hasta amenazas de muerte que recibieron tras publicar el video.
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